domingo, 1 de mayo de 2016

Contaminación Ambiental

¿Algún día has dialogado con personas mayores que tú sobre cómo eran o funcionaban las cosas en sus tiempos? ¿Has sentido el reciente incremento de autos y congestiones en tu ciudad si lo comparas al tiempo de cuando eras niño? ¿Te has puesto a pensar qué afectaciones pueden tener hechos tan sencillos como tirar la basura en la calle o dejar encendido el coche "en lo que calienta el motor"?

Si has respondido "sí" a más de una pregunta: felicidades, eres un ser humano racional y consciente de que el cuidado del planeta es un trabajo de todos que va mucho más allá de egos, dinero y beneficios propios que queda de más citar en este texto.

El mundo es ciertamente cambiante. Llama la atención dialogar con personas que nos duplican en años y observar cómo para ellos los cambios que han habido en sus respectivas ciudades se vuelven tan catastróficos cuando ellos nos explican que en sus tiempos no existían los niveles de contaminación que actualmente hay y que el mundo ciertamente también ha cambiado a como ellos los concebían cuando eran jóvenes: atribuyéndoselo principalmente a un concepto: "la contaminación ambiental".
Pero, ¿qué es este concepto del que se habla tanto en las redes sociales y el cuál sólo parece servir para hacer campañas importantes de Marketing para vender productos ecologistas, o para servir como ejemplo de doble moral entre un adulto que se la vive compartiendo imágenes de protección al medio ambiente cuando en las mañanas deja su auto prendido y sin usar por más de 5 minutos esperando a que "se caliente el motor"?
Me gustaría explicar la contaminación ambiental como ya sea una exageración de un factor en un medio natural o la inclusión de un factor externo en ese mismo medio natural. Por ejemplo: contaminación sería estar llevando a cabo la creación de un jugo de limón y que se te caiga carbón dentro del mismo.
¿Sigue siendo jugo de limón? En teoría, sí. ¿Sigue sirviendo para lo mismo y teniendo las mismas propiedades? No. Y es ahí cuando se distorsiona aquél medio natural y caemos en lo que conocemos como "contaminación ambiental".
Ese ejemplo del jugó de limón se puede aplicar en cualquier aspecto de la vida diaria donde vemos inclusión de factores externos que no deberían de aplicarse si actuásemos acorde a los factores que nos exige la naturaleza que nosotros deberíamos de seguir.
Si hay una población de 4 millones de habitantes (como Guadalajara, Jalisco, México) y además hay un incremento constante de personas y automóviles a la misma, obviamente ésta dejará su flujo nacional y se llenará tanto de casas, basura y más presencia de desechos por parte de vehículos motorizados que harán que ese medio ambiente se llene del factor conocido como "contaminación".
Si entonces aplicamos lo mismo con la producción de ozono por empresas y automóviles en el valle la Ciudad de México, encontraremos entonces que gracias a ésta sobreproducción el material se queda encerrado dentro de éste valle causando malestar general a todas las 8 millones de personas que habitan en la capital mexicana: causando desde daños cardiovasculares, hasta la misma muerte (como las más de  40, 000 personas que han fallecido desde el 2010 en ésta zona por la "contaminación ambiental"), hasta la contaminación de recursos básicos como el agua y el aire.
¿Qué podemos hacer para ayudar o evitar ésto? La respuesta está en la pregunta: PODEMOS. Podemos es una conjugación en verbo presente del sustantivo "nosotros". Lo que se necesita es que cada quien cumpla su rol dentro de la sociedad. Cualquier persona puede contribuir con su grano de arena a la mejoría del medio ambiente.
Tú, político, si te pones a hacer regulaciones sobre las tecnologías mínimas que tiene que tener un auto para circular y las tecnologías más convenientes para la creación de un transporte público ejemplar, estás cumpliendo tu parte.
Tú, ama de casa, si separas la basura y los aparatos tecnológicos los llevas a acopios para su posterior tratamiento, estás cumpliendo tu parte.
Tú, el del camión de basura, si separas la misma adecuadamente en vez de mezclarla, estás haciendo tu parte y además podrías llegar a hacer un negociazo, ya que el reciclaje en todo el mundo es algo que también deja demasiado dinero.
Tú, padre de familia, si al momento de llevar a tus hijos a la escuela, dejas de inventarte lo de "calentar el motor de tu auto" y los llevas directo a la escuela, estás cumpliendo tu parte.
A mucha gente se le olvida que vivimos en una sociedad y cada quien tiene que conocer lo que es realmente bueno para sí mismo y el lugar donde vive; es preferible vivir sin caer en prepotencia, "valemadrismo" o avaricia excesiva, ya que éstas actitudes te podrán dar una serie de beneficios a la hora de ir contra la protección del medio ambiente; pero quizás a tus hijos o tus descendientes les afectará.
Por ejemplo, puedes ser un empresario automotriz y vender productos con alteraciones en la máquina de éstos y venderlos entonces como ecológicos, pareciendo ante la sociedad como un hombre preocupado por el medio ambiente, cuando en realidad no eres más que un egoísta que seguramente recibirá fuertes cantidades de dinero, pero terminarás afectando a la raza humana en un futuro no muy lejano.
El ser humano es un ente que vive en tres dimensiones, pero que por su egoísmo y narcisismo suele centrarse en solamente una: el presente; cuando somos trascendentales: vamos a vivir más allá del presente, siendo éste tan efímero que no dura ni una milésima de segundo en nuestras vidas. Se prefiere lucrar durante ese pequeño espacio que poder vivir con armonía con nuestro medio ambiente por el tiempo que nos sea dado por el Universo mismo.  

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